La piel del rostro es una de las mayores preocupaciones para cualquier persona, ya que todos deseamos tener una buena imagen y lucir un aspecto sano y cuidado. Sin embargo, existen ciertos padecimientos que pueden representar serios problemas estéticos, causando incomodidad e inseguridad en quien las padece.
Un ejemplo de este tipo de afecciones es la rosácea, enfermedad de la piel bastante común que se presenta en forma de enrojecimiento y con presencia de algunas pústulas en la conocida zona “T” de la cara. A pesar de que la rosácea no es considerada una enfermedad grave, es necesario seguir el tratamiento indicado por el médico dermatólogo para evitar que el problema aumente y se convierta en algo más grave.
Síntomas y etapas de la rosácea
Los síntomas de la rosácea se pueden clasificar de acuerdo a tres momentos de la enfermedad: fase inicial, fase intermedia y fase avanzada. En lo que se refiere a la fase inicial, es común encontrar como manifestación principal el tono rosado que ataca la zona “T” de la cara. También suele estar acompañado de algunas pústulas que pueden ir desde muy pequeñas hasta algunas de tamaño considerable.
Conforme va pasando el tiempo, y si no has acudido al médico o seguido el tratamiento recomendado, aparecerán los síntomas de la segunda fase. Estos síntomas son más molestos que los primeros: comezón, sensación de ardor, enrojecimiento de los ojos.
Finalmente, durante la tercer fase o fase final se puede encontrar engrosamiento de la piel (principalmente de la nariz) e incremento en la picazón y el ardor. También es probable que en casos muy extremos se presenten serios problemas de la vista y constantes infecciones en nariz y ojos. Por esta razón, es sumamente recomendable seguir el tratamiento indicado desde la primera fase de la rosácea.
Tratamiento para combatir la rosácea
En base a los síntomas y a la fase en que se encuentre la enfermedad, será determinado el tratamiento. Durante las etapas primera y segunda, las recomendaciones son muy básicas:
- Limpiar el rostro perfectamente de manera diaria.
- Evitar permanecer largos períodos de tiempo bajo el sol o bajo altas temperaturas. Si debes hacerlo, procura usar protector solar.
- Evitar cosméticos que sean agresivos con el rostro: exfoliantes, cremas, maquillaje, etc. Un buen consejo es evitar cualquier producto que contenga alcohol, aceites y fragancias.
- Evitar corticoides en cualquier presentación. Si necesitas seguir algún tratamiento, debes informar al médico tratante para el mismo se ajuste a las características de tu piel.
- Evitar el estrés y la cafeína.
La diferencia más importante entre la primera y la segunda fase de la rosácea suele ser la intensidad con la que se presentan las molestias, las cuales pueden ser controladas con las mismas recomendaciones. En cambio, en la fase avanzada puede ser necesario que tomes algún medicamento, el que sólo puede ser recetado por tu médico. Para esto es recomendable que acudas a consulta con un médico dermatólogo y que no olvides comentarle cualquier otra afección que tengas.