Las venas varicosas se observan bajo la superficie de la piel. En ellas se ha producido una acumulación anormal de sangre. Están hinchadas, retorcidas y en ocasiones son dolorosas.
Esta afección recibe diferentes nombres de acuerdo al órgano o área enferma. De este modo, cuando la dilatación se presenta en el cordón inguinal se la denomina “varicocele”, cuando se inflaman las venas del ano se las denomina “hemorroides”, etc. Pero cuando se habla de “várices”, comúnmente se entiende que se está haciendo referencia a una afección en las venas de las piernas.
Otras denominaciones son: varicosidad o varicosis.
¿Cómo se forman?
La función normal de las venas es transportar sangre desde los tejidos del cuerpo hacia el corazón. Cuando las venas son normales, gracias a las válvulas que poseen, la sangre se mantiene en constante movimiento.
En las venas varicosas, las válvulas se encuentran debilitadas y funcionan defectuosamente (insuficiencia venosa) provocando el estancamiento de la sangre. Esta acumulación genera la dilatación de las venas, lo cual puede causar várices.
Síntomas
Las várices suelen generar pocos síntomas. En algunas ocasiones causan dolor de leve a moderado, llagas o úlceras en la piel, hinchazón leve de los tobillos y coágulos de sangre. También pueden presentarse calambres, pesadez en las piernas y picor.
Se trata de una afección muy común que afecta a una de cada diez personas, principalmente a las mujeres.
Lo más común es que las várices aparezcan en las venas de las piernas, aunque también pueden manifestarse en otras áreas del cuerpo.
Sus causas
Las venas varicosas primarias pueden tener como causa válvulas defectuosas de nacimiento, mientras que las venas varicosas secundarias pueden presentarse por otras razones, como el embarazo.
Algunos factores aumentan las probabilidades de desarrollar várices, por ejemplo: la herencia, el género (las mujeres se ven más afectadas), el sobrepeso u obesidad, la actividad física escasa o nula, cambios hormonales (como el embarazo).
Cuidados de la persona con várices
Es recomendable que el paciente realice cambios en su estilo de vida, como:
- evitar mantenerse de pie por mucho tiempo
- descansar lo suficiente (al menos ocho horas diarias)
- colocar las piernas a una altura más elevada mientras descansa o duerme
- utilizar medias elásticas de descanso
- realizar ejercicio físico con frecuencia
- no vestir prendas demasiado ajustadas
- no utilizar zapatos de tacón alto
- alejarse de las fuentes de calor
Cómo se tratan
Para diagnosticar el grado de esta afección normalmente se utilizan estudios como el ultrasonido doppler o dúplex, técnicas que no son invasivas.
Las várices por lo general no causan problemas médicos de gran importancia, aunque especialmente para las mujeres representan un problema estético. Actualmente las terapias suelen ser conservadoras y se cuenta con múltiples opciones de tratamiento. Entre ellos: ablación con láser o por radiofrecuencia, escleroterapia, lipodermatoesclerosis, fleboextracción.
Siempre es importante consultar a un médico que se especialice en estas afecciones. Él es quien puede asesorarlo adecuadamente, brindándole orientaciones y terapias acordes a su caso en particular.
Recuerde que, como en todo problema de salud, cuanto antes comience el tratamiento, mejores serán los resultados.